lunes, 18 de julio de 2022

Pacto con el Diablo II / Historia de terror para compartir

Pacto con el diablo II

 Don José cuando era joven vendió su alma al diablo. Él se dedicaba a dar clases y cuando hizo aquel pacto comenzó a obtener cualquier cosa que quería. Vivía en un pueblo de Zacatecas y se dice que ayudó y dañó a mucha gente.


Corría el año 1997, cuando en una noche lluviosa y relámpagos cayendo del cielo Don José, tumbado en su cama junto a una vela encendida esperaba conciliar el sueño; de pronto escuchó una voz detrás de la puerta. Su tiempo de vida estaba por terminar, llego el momento de entregar su alma o en todo caso entregar el alma del ser qué más quisiera a cambio de la suya. A todo esto Don José no quiso entregar el alma de su hijo, pues era la persona que más quería.

Dos días después fue a visitar a doña Ernestina, su hermana, y pidió que lo acompañara a la funeraria del pueblo, pues quería ver los ataúdes. Ambos hermanos siempre se habían llevado bien así que doña Ernestina hecho a reír cuando escuchó el lugar al que irían; por otro lado Don José muy serio le dijo que no estaba jugando.

Llegaron a la funeraria, don José estuvo mirando un rato los ataúdes hasta que encontró uno de su agrado y lo pagó. Al finalizar la compra el despachador le preguntó sobre el cuerpo y quedó paralizado cuando don José le contestó que era él. Aquel ataúd debía ser entregado el día 31 de octubre a las 3 de la madrugada en su domicilio.

Antes de morir don José hablo con sus hermanos, pidió perdón por sus malos momentos y se despidió. Les dijo que enfermaría y el 31 de octubre moriría.

Efectivamente así fue, al día siguiente de haber hablado con sus hermanos el señor cayó enfermo y en los próximos días pasaron muchos fenómenos paranormales en su casa. Sus familiares comentan que se escuchaban risas, se caían cosas e incluso que por las noches escuchaban que hablaba con alguien al que le decía que ya se lo llevara.

Por fin llegó la tan esperada fecha; los familiares de don José se mantenían despiertos y al tanto de lo que pudiera pasar. El ambiente se encontraba muy tranquilo y en silencio cuando de pronto una neblina muy extraña comenzaba a invadir la casa. A las 3 de la madrugada don José ya estaba muerto. Llegó la funeraria y todos quedaron sorprendidos al ver que aquel el acontecimiento se había cumplido.

En el velorio de don José algunos conocidos que llegaban a despedirse juraban haberlo visto en el camino. Se veló por dos noches como él había indicado y después fue llevado a la iglesia. Cuando lo iban cargando desde la carroza hasta la templo, dicen que el ataúd pesaba el doble que al inicio y sentían que se movía algo desde adentro, así como si llevaran a un vivo. El día era soleado pero de momento el cielo se llenó de nubes negras y comenzó a llover, al llegar a la iglesia un montón de cuervos estaban en los árboles del jardín. Al salir de la misa, aquellas aves lúgubres comenzaron a revolotear por encima del ataúd y las personas que acompañaban el cuerpo. Al llegar al panteón abrieron nuevamente el ataúd para darle el último adiós a don José y se quedaron petrificados al ver que su rostro había cambiado por completo pues tenía una expresión de terror y parecía que había llorado por las lágrimas aun frescas que corrían a su alrededor. Cerraron el ataúd y por una u otra cosa no podían bajarlo, como si se resistiera a ser sepultado.

Esta es una historia más sobre como el mal reclama lo que le pertenece, por eso hay que tener cuidado con qué y con quién pactamos.
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