Esta leyenda se remonta en el año de 1491. En aquel tiempo vivía un hombre llamado Don Luis Araujo, quién estaba profundamente enamorado de su propia prima. Él sabía que era una relación imposible y prohibida, pero vivía con el miedo de que ella se fuera con otro hombre y para mantenerla cerca la convirtió en su ama de llaves.
Enamorado y a la vez desesperado, comenzó a ofrecerle lujos
para que ella no se alejara. A Don Luis no le quedo más que ofrecerle su alma
al diablo a cambio de riqueza.
Paso el tiempo, Don Luis comenzó a generar fortuna tras
robos y negocios sucios; pero para él las cosas marchaban de maravilla. Había
logrado enamorar a su prima hasta que logró seducirla. Hay rumores que cuentan
que una noche oscura, ocultos en algún rincón de la casa, los primos cometieron
el incesto.
Cada año Don Luis organizaba una enorme fiesta de
cumpleaños, donde en el brindis siempre pronunciaba las siguientes palabras:
“brindo por la señora mi prima hermana, por mi ánima y por el 20 de mayo de
1541”. Nadie sabía lo que significaban estas palabras.
Llegó la fecha que tanto mencionaba en las fiestas, era la
noche del 20 de mayo de 1541. En el vecindario donde vivía Don Luis, se escuchó
un estallido tan fuerte que causó pánico en la comunidad. Nadie supo lo que
había ocurrido hasta la mañana siguiente.
Los vecinos notaron que algo había pasado en la casa de Don
Luis por el olor a quemado y a carne podrida que se salía del interior
Al llegar las autoridades, quedaron impresionados por la
horrible escena que llegaron a presenciar. El cuerpo sin vida de la prima de
Don Luis Araujo estaba tendido sobre la cama, tenía marcas de estrangulamiento
y en su rostro se podía ver una expresión de pavor; como si hubiera visto al
mismo Diablo. Lo más aterrador, fue la forma en que encontraron el cadáver de
Don Luis, casi carbonizado y pegado al techo.
Nadie encontró una explicación sobre como llego ahí, ni que era lo que
lo sostenía, pero ahí estaba. Su rostro expresaba una mueca de terror puro.
Lo que se cree es que el maligno reclamó lo que era
suyo. Los testigos contaron que no
pudieron bajar el cuerpo hasta que llegó un sacerdote a realizar un laborioso
exorcismo al cadáver.
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Cuando lograron bajar el cuerpo de Don Luis, se percataron
de que en una de sus manos sostenía una nota que decía: “Castigado así por
hipócrita, asesino y ladrón”.
Durante las investigaciones en su vivienda, en busca de
alguna pista del asesino, hallaron el contrato diabólico donde la fecha de
vencimiento era justamente el 20 de mayo de 1541, firmado 50 años atrás por Don
Luis Araujo y Satanás.
Se dice que esta historia es solo una leyenda, sin embargo, hay quién cuenta que existen documentos redactados por historiadores que respaldan la veracidad de este acontecimiento.
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